¿Quiénes somos sin un sentido de pertenencia, sin pertenecer a un grupo o sociedad? La anterior es una pregunta compleja que la psicología social ha venido estudiando desde principios del siglo XX. Según las teorías más básicas allegadas a la materia, el sentido de pertenecer es parte integral de nuestro ser, es una necesidad humana que nos acoge a todos sin prejuicios y define nuestra personalidad.

Para nadie es noticia el antiguo lema: Juntos somos capaces de hacer más e ir más lejos. En este punto podría entrar de lleno a estudiar la pirámide de Abraham Maslow y las diferentes escalas de necesidades humanas o la teoría de la personalidad expuesta por el reconocido psicólogo estadounidense, Carl Rogers. Sin embargo, mi alma práctica y amante de los números ha optado por escribir acerca de un simple rompecabezas.

Empecemos por lo importante, ningún rompecabezas consiste en una sola pieza, además el proceso para completar la imagen final puede ser extenso y requiere de diversos pasos a seguir. Pues bien, si hemos decidido dedicarle el tiempo a construir nuestro rompecabezas, debemos ser pacientes, buscar la hermosa armonía entre los colores de sus piezas, aprender de las que no encajan a perfección y visualizar la imagen del paisaje que vamos construyendo poco a poco, siendo este último nuestro objetivo principal.

Así ocurre cuando formamos parte de un grupo social, todos sus integrantes son distintos como las piezas de un rompecabezas, cada uno aporta una parte importante del resultado y juntos pintamos el hermoso panorama final.

“Creo con entereza que al unirnos a una comunidad de mujeres que comparten metas en común, nos ayuda a sentirnos apoyadas y que no estamos solas en el camino hacia cumplirlas.”

Ya sea por el deseo de instruirte, tomar control de tus finanzas o aumentar tu patrimonio, cada integrante de dicha comunidad aporta un valor intangible al compartir sus experiencias. La unión entrelaza nuestros intereses, nos permite realizar consultas y hasta conocer métodos distintos o cómo otras compañeras están logrando sus objetivos. No porque debemos comprarnos, sino por el deseo de servir como fuente de apoyo para otras. Asimismo, una comunidad nos da ese sentido de responsabilidad ante nuestras acciones, pues aliviana la monótona carga que trae el día a día.

Es significativo destacar lo siguiente: no existe una fórmula perfecta para llegar. Tras tomar la decisión de empezar a trabajar hacia un objetivo determinado, lo más importante es trazar el camino a recorrer, ser constantes e ir cultivando conocimientos. Es muy probable que los logros más importantes tomarán más tiempo, por ello es fundamental contar con una comunidad que invariablemente nos motive a seguir superándonos.

Como seres sociales, resulta mucho para fácil caminar juntas a lo largo de un mismo y a su vez distinto trayecto. En ese sentido, nos emociona anunciarles que estaremos lanzando un nuevo programa próximamente, asentado en ese valor que atesora una comunidad de mujeres, unidas en su propósito de crecer, aprender y empoderarse.

Stay tuned…